PUNTUALIDAD
La puntualidad es la virtud que representa el respeto hacia uno mismo y hacia los demás, siendo necesaria para dotar a nuestra personalidad, de carácter, orden y eficacia. Es una de las normas básicas de la buena educación, ser puntual supone un signo de consideración hacia las personas que están esperando. También es la forma de satisfacer una obligación en un plazo determinado, para empezar o terminar algo. Se va construyendo con esfuerzo, voluntad y sacrificio para hacer las cosas a tiempo o estar a tiempo en el lugar adecuado, y así cumplir los horarios aceptados.
Retrasarse es equivalente, a demostrar desprecio por el tiempo de otra persona y se puede considerar un insulto.
Practicar la virtud de la puntualidad, es una forma de hacer a los demás la vida más agradable, mejorar nuestro orden e intentar convertirnos en personas dignas de confianza.
La puntualidad es una virtud que nos lleva a “actuar con diligencia, que nos lleva a hacer las cosas que debemos a su debido tiempo y sin dilatarlas”. Es el cuidado, diligencia y exactitud en el tiempo para cumplir con nuestras obligaciones.
Esta virtud tiene dos ámbitos en donde se apoya: la de valorar el tiempo que Dios nos ha dado y del cual tendremos que rendir cuentas. Y el respeto del tiempo ajeno.
Un tercer aspecto es la eficacia de nuestro trabajo, porque la impuntualidad en el inicio y término de nuestras actividades, en los plazos de entrega de proyectos y en la hora de llegada a compromisos como trabajo o escuela, hace que dediquemos menos tiempo del previsto, que nos perdamos de lo que se trató mientras estábamos ausentes y, por tanto, que nuestra comprensión de lo tratado y nuestra participación sean pobres.
En la medida en que organicemos bien nuestro tiempo le sacaremos mejor provecho y desarrollaremos al máximo los talentos que Dios nos ha dado para nuestra mejora personal y el bien de las personas que nos rodean. Si despreciamos nuestro tiempo, no sabremos sacarle el mayor provecho a nuestros talentos.
Cuando decimos utilizar bien el tiempo no decimos sólo hacer “grandes cosas”,
sino hacer lo diario, lo cotidiano de manera ordenada optimizando el tiempo que
Dios nos dio.
10 RECOMENDACIONES PARA VIVIR LA VIRTUD DE LA PUNTUALIDAD.
- Duerme lo suficiente para levantarte más temprano y así poder terminar tu arreglo personal con oportunidad, desayunar y salir rumbo al colegio con tiempo.
- Vive el minuto heroico, es decir, levántate antes de que pase un minuto de que sonó la alarma de tu despertador. Si eres capaz de vencer tu deseo de continuar en la cama, serás capaz de vencer tu deseo de posponer tus obligaciones para jugar o divertirte, descuidando tus deberes.
- Coloca el despertador más lejos de tu cama…. Implementa un sistema de “alarmas” que te ayuden a tener noción del tiempo (alarma del reloj, notas adheribles o post it, por ejemplo).
- Elabora por escrito tu horario y plan de actividades semanales y revisa por las noches su cumplimiento.
- Reduce las distracciones y descansos a lo largo del día para que termines todas tus actividades y tareas a tiempo.
- No procrastines o pospongas tus compromisos, asúmelos o resuélvelos cuanto antes.
- Ten a la mano lo que necesitas para hacer tus tareas, así evitarás perder el tiempo.
- Adelanta los trabajos y tareas que debes entregar en días posteriores, evitando que todos se te junten el día anterior.
- Evita el uso del celular o dispositivos con videojuegos mientras realizas tus tareas, así terminarás más rápido y podrás destinar el tiempo sobrante a otras actividades.
- Procura tener tu uniforme y útiles listos desde la noche anterior para evitar retrasos al llegar a la escuela.
Ser responsable, es ser conscientes de que nuestros errores y decisiones siempre beneficiaran o perjudicaran a otras personas.[1]
Esta virtud no sólo consiste en tomar una serie de decisiones de manera consciente sino también de asumir las consecuencias que tengan dichas decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento.[2]
También “se entiende por responsabilidad el cumplimiento de las obligaciones, o el cuidado al tomar decisiones o realizar algo. La responsabilidad es también el hecho de ser responsable de algo o de alguien; y se utiliza también para referirse a la obligación de responder ante un hecho.
El concepto de responsabilidad proviene del latín responsum, del verbo respondere, que a su vez se forma con el prefijo re-, que alude a la idea de repetición, de volver a atrás, y el verbo spondere, que significa «prometer», «obligarse» o «comprometerse». También significa responder o cumplir lo prometido. Nos habla de tres capacidades, la de asumir una determinada tarea y llevarla a cabo, la de asumir las consecuencias de los propios actos y la de aprender de nuestras acciones para evitar en lo futuro aquellas inadecuadas y repetir las adecuadas.
Como valor, la responsabilidad habla de una característica positiva de las personas que son capaces de comprometerse y actuar de forma correcta. En muchos casos, la responsabilidad viene dada por un cargo, un rol o una circunstancia, como un puesto de trabajo o la paternidad.
En una sociedad, se espera que las personas actúen de forma responsable, ejerciendo sus derechos y desempeñando sus obligaciones como ciudadanos. En muchos casos, la responsabilidad obedece a cuestiones éticas y morales.
Algunos consejos para ser más responsables en el trabajo o estudio:
· Enumerar las responsabilidades por orden de importancia.
· Plantearse puntos específicos donde se pueda mejorar.
· Llegar siempre puntual, ya que ser incumplidos genera una tensión completamente desfavorable para comenzar el día.
· Ir a trabajar con alegría es un ejercicio que al practicarlo saldrá naturalmente.
· Buscar el lado creativo de nuestra actividad es posible en todos los terrenos.
· Concentrarse en la tarea a realizar, eso aumentará la eficiencia y favorecerá los resultados.
· Tener mentalidad positiva, sobre todo si se trabaja en equipo, para favorecer la dinámica de grupo laboral.
· No poner excusas para no hacer, o hacer después.
· No tomar el hábito de faltar al trabajo, el cumplimiento es esencial.
· Siempre ser amable y estar abierto a las sugerencias.
· Si nos equivocamos reconocerlo y aprender del error.
· Dejar de quejarse, porque esto no suma ni en el trabajo, ni en la escuela, ni en la vida personal.
· No delegar responsabilidades propias.
· Si lo requiere, pedir ayuda o alguna sugerencia.
· No culpar a otras personas por nuestros errores.
· Practicar la autodisciplina.
· Intentar no dejar tareas pendientes pues a la larga nos pesará.
· Mantener una comunicación fluida y cordial con maestros y compañeros.
· Si hay una disconformidad o surgen inconvenientes enfrentarlos con buen trato.
· No promover los comentarios de pasillo para no generar un mal clima escolar o laboral.”[3]
10 formas de vivir la responsabilidad.
Soy responsable cuando…
[1] https://es.catholic.net/op/articulos/61004/cat/31/educar-en-la-virtud-de-la-responsabilidad-y-el-respeto.html#modal
[2] https://eligetuelcaminoconmaribel.wordpress.com/2016/10/21/la-responsabilidad-como-virtud/
[3] https://ofar.com.do/al-derecho/estrategias-para-el-exito/responsabilidad-una-virtud-que-se-encuentra-en-todo-ser-que-posea-libertad/